
¿Los exámenes correspondientes a las “Evaluaciones provinciales de calidad educativa” que les toman a los alumnos de la provincia de San Luis, terminan en un contenedor de residuos?
La gravedad de este interrogante salió a la luz por la curiosidad de un docente que vio cómo desde un vehículo arrojaban en actitud sospechosa y a la salida de un colegio de la ciudad de San Luis, cientos de hojas en un contenedor de basura ubicado en la calle 9 de Julio entre Ituzaingo e Hipólito Irigoyen.
La situación se produjo el pasado jueves día en que los “Aplicadores” educativos designados por el ministerio de Educación se presentaron en colegios puntanos para tomarle a los chicos de sexto grado las “Evaluaciones provinciales de calidad educativa” en la materia “Ciencias naturales”.
Al momento del examen, en las aulas sólo quedan los chicos y el “docente aplicador” designado para tomar la prueba; el docente de turno en ese momento deja el aula. Se supone que el examen es anónimo y su posterior estudio permite sacar conclusiones sobre el nivel educativo de los chicos.
Una vez finalizado el examen los “aplicadores” se retiran, los chicos vuelven a su rutina y retoman la clase habitual.
Sin embargo este docente vio a un grupo de «aplicadores» arrojando cientos y cientos de hojas en un contenedor de basura cercano. Desconcertado con lo que estaba viendo, se tomó el trabajo de acercarse hasta el contenedor de basura, abrirlo y fotografiarlo.
Algunas de esas imágenes se hicieron públicas hace dos días. Y son tan reveladoras como exigentes de respuestas oficiales.
En las carátulas de la documentación arrojadas en el contenedor de basura se ve claramente el logo institucional del Gobierno de la provincia de San Luis en el margen izquierdo; en el margen derecho el logo de la Universidad de La Punta; su título es Ciencias Naturales, evaluación de la calidad educativa, el nombre del establecimiento educativo en cuestión (en este caso la Escuela 50 Eulalio Astudillo, de la localidad de Quines), con la fecha Mayo de 2019, y otros detalles propios con el nombre de alumnos y espacio en blanco (difuminados en la imagen para proteger esa identidad).
Son cientos y cientos de hojas, que quedaron desparramadas junto a bolsas de lechuga y otros residuos domiciliarios que los vecinos de la ciudad de San Luis arrojan en ese contenedor callejero.
Esta curiosidad que despierta una grave sospecha merece una contundente aclaración oficial porque pone en duda el método de trabajo y abre interrogantes sobre la validez de los resultados o cifras oficiales que se conocen.
¿Este es el destino de los exámenes de calidad educativa en los colegios puntanos?
¿Quién es responsable de ese material tan valioso como es la evaluación de nuestros chicos en la escuela?
¿Los exámenes oficiales se archivan para futuras consultas?
¿Esos papales en la basura callejeras son exámenes que ya fueron analizados?
¿Se trata en realidad de papeles que deben ser descartados?
¿Un contenedor de residuos callejero es acaso el destino adecuado para documentación oficial con membrete del Gobierno provincial y de la Universidad de La Punta?
¿Solamente actuaron mal los “aplicadores” y descartaron esa documentación por algún motivo en particular?
¿Qué registro queda para garantizar la veracidad de las conclusiones a las que se arribe a partir del rendimiento escolar?
¿Es este un caso excepcional?
¿Quién es responsable de esta situación?
Es cierto, los periodistas debemos llevar respuestas, no preguntas. Pero hasta el momento, nos las encontramos.
Fuente: Cadena de Noticias
Autor: Daniel Poder